27 de mayo de 2010

Porque no, una buena amistad


 Pues si, lo que el otro día sentí era envidia, envidia de una sensación. Todos sabemos lo huidizo que es el Zorro, el miedo al hombre seguro que forma parte de su herencia genética.





Esto es lo que me sucedió el otro día cuando mi amigo Quique me enseñaba estas imágenes mientras me contaba su experiencia... mientras sentado, descansaba después de caminar un par de horas por el bosque, se le apareció un Zorro.

Al principio se mantuvo a cierta distancia, me dijo, pero al rato, se acerco a unos dos metros y se sentó frente a  mi.



Interesante experiencia, estar sentado junto a un Zorro, en plena naturaleza... un animal que lleva el miedo y temor al hombre impreso en su corazón... con razón,  motivos les hemos dado... un precio muy alto han pagado y pagan en su intento de sobrevivir... sus capturas y muertes,  necesarias para subsistir, justificaron y justifican a los ojos del propio hombre,  el placer de matar de los humanos.



¡Que hermosa sensación! pensaba yo, mirarse frente a frente... dejar a un lado el temor  y  el placer de matar... un momento sin esquemas... poder mirarse... contemplarse... aunque sea a cambio o con la esperanza de conseguir un bocadillo... pero que importa eso... si nada nos exigimos... Quizás si deseamos aliviar nuestras carencias... alimento... compañía... necesidad de comunicarse... conocerse...pero sin exigencias...

Adiós zorro...adiós... pensé... amarga despedida... fugaces momentos de placentera relación... que hermoso momento no  vivido... aunque si sentido y deseado. Tal vez un día paseando por aquel bosque nos, podamos encontrar... tal vez mis piernas aun aguanten.... tal vez el hombre aun no lo mate... tal vez un día este hermoso deseo, sea realidad




Video de: Youtube
Fotografías de: Enric Ribas